¿Y ahora qué?
¡Sorpresa!
Después de la emoción generada por el descubrimiento de los yacimientos
petroleros en donde todos nos veíamos como el país más poderoso y rico,
despertamos a la cruda realidad.
A pesar del
tercer Informe de Gobierno del Presidente López Portillo en el que afirmaba: “El
petróleo es nuestra potencialidad de autodeterminación, porque nos hará menos
dependientes del financiamiento externo y mejorará nuestras relaciones
económicas internacionales” el descenso del precio del petróleo ha traído a la
crisis de vuelta y encima la ha aumentado. Los salarios reales se han hundido, el
desempleo es la moda y cada vez el país genera menos productividad.
Rápidamente,
el costo de la deuda pública ha incrementado debido a la
elevación de los intereses en mercados bancarios. El Secretario de Hacienda David Ibarra Muñoz quien ya había advertido
en 1978 que México estaba de cara a una doble crisis. Busca aminorar la situación para la población.
Entre 1982 y 1984 se estima que el PIB de la región quedará estancado, tan sólo En 1982 el tipo de cambio pasó de 27 a 150 pesos por dólar y las reservas de divisas bajaron. La inflación fue de 98.8% y quedó por arriba de las tasas de interés. La inversión fija se ha reducido cerca de 5 por ciento de la producción anual y este parece ser el inicio de una grave crisis económica. La inflación total de la década se estima que incrementará el 70% de los precios. Las familias mexicanas ya no sabemos qué hacer con los precios.
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