Nuevas formas de observar Filmes y La llegada de los blockbuster
Cuando horas de diversión estaban en un disco tan pequeño... ¡¿Qué mas se podría esperar?!
Marcado
en parte por los sucesos de la década de 1970 (Watergate, Vietnam, el
fin del movimiento hippie), el
cine de ese tiempo se había vuelto más oscuro, con filmes legendarios como El padrino, Apocalypse Now o Cabaret, por mencionar ejemplos concretos.
En cuanto a películas de simple entretenimiento, se pusieron de moda las de catástrofes, como
por ejemplo Aeropuerto y El coloso en llamas, con
el productor Irwin Allen
explotando el género hasta el agotamiento.
Sin
embargo, en 1977, el
cineasta George Lucas, con
su película La guerra de las galaxias,
cambió esto para siempre. Lucas hizo
un trato con Fox, que los ejecutivos del estudio consideraron muy ventajoso,
por el cual la Fox se llevaba las ganancias por la película, y Lucas por
la mercadotecnia; por
los resultados posteriores, mucho mejores para Lucas que
para la Fox, los estudios entendieron que las películas podían ser explotadas
económicamente de manera mucho más amplia que hasta la fecha. Surgió así el
concepto moderno de blockbuster, una
película que se vende como "estreno de la temporada", que supondrá un
gran golpe de taquilla, y que será el vehículo principal para la venta de una
extensa mercadotecnia, a través de la concesión de una franquicia sobre
la película y sus personajes, a jugueterías que venderán figuras con el
personaje, cadenas de comida rápida que harán promociones, etcétera. Algunos de
estas primeras películas explotadas con mayor o menor habilidad como modernos
blockbuster fueron Encuentros en la tercera fase de Steven Spielberg o Superman de Richard Donner; en 1981 George Lucas y Steven Spielberg
unieron fuerzas para una nueva franquicia, la de Indiana Jones.
El
concepto de la película como una franquicia desarrolló también el concepto de secuela.
Existían algunas previamente (El Padrino II, La novia de Frankenstein,
etcétera), e incluso una franquicia fílmica como James Bond había
acumulado la respetable cantidad de una decena de entregas, pero con secuelas
como Superman II, Rocky II o El Imperio contraataca, el
pensar las películas como eventos con posible continuación para explotar la
franquicia dejó de ser algo excepcional, para pasar a ser la norma. Por otro
lado el cine se hizo más liviano, perdiendo profundidad temática.
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