viernes, 27 de mayo de 2016

El cine y la modernidad



LA VIDA EN LA PANTALLA


A lo largo de todo el recorrido histórico cinematográfico fue de gran importancia para cultivar en unos casos y en otros manipular a la población, con la llegada de La televisión por cable y por satélite y el vídeo en los 80, el dvd y otras tecnologías digitales en los 90 hacen que el público acuda menos a las salas de cine. 






La industria cinematográfica reestructuró su organización y sus estrategias comerciales, y para atraer al público, especialmente joven, recurrió a los efectos especiales y al aumento de la violencia y el sexo.







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CRISIS: EL CINE DE LOS 80 

"Para el público que juzga por lo que recibe, y al que por entonces le caería un implacable alud de churros de ficha, trago y acostó, aquella fue simplemente la época de las ficheras

Así inicia Francisco Sánchez en su recorrido por la historia del cine mexicano: Luz en la oscuridad, un episodio conocido de más oscuro que cualquier otro. Y con tristeza ésto se reconoce desde lejos.




A la sombra del gran cine de oro, el realismo del cine y el reciente nuevo cine mexicano, intenta encontrar su lugar y mantenerse más allá de la innegable crisis que oscurecía todo a su alrededor, un cine nuevo, tan débil como incomprendido y rechazado por la sociedad que sin darse cuenta, él mismo retrataba.
La industria del cine de esa época se sostiene por el trabajo de productores particulares del cine independiente, fuera del apoyo al cine nacional que caracterizaba a periodos anteriores, y con el antecedente de la libertad de expresión y creación que se había conseguido tiempo atrás con mayor notoriedad en el ambiente artístico. Así surge un cine diferente, que desea retratar fielmente la realidad hasta caer en el descaro, poner sobre la pantalla la vida de muchas personas que se encontraba sumida en situaciones lamentables y que a la vez daban vida y movimiento al día y la gran ciudad, ponían sabor a la vida nocturna llenándola de color o haciendo hablar a los que no tienen voz en este país, tanto los indígenas hasta la raza populachera de los barrios bajos. Las historias se desenvuelven entre vecindades, lámparas y reflectores de la ciudad principalmente y teniendo a personajes cuya principal característica es la controversia que los mantiene en la historia, criticando y hasta acabando en algunos momentos con los grandes valores de una sociedad ya bastantemente corrompida.


De entre los principales géneros se encuentra las sexicomedias ochenteras – la herencia light del cine de rumberas que floreció en la llamada Época de Oro y del cine de ficheras que nació en la década de los 70.



No se puede descartar toda una década de producción cinematográfica como insignificante. La historia de nuestro cine debe ser liberada de la narrativa en la que muere y renace cada determinado tiempo, y una manera de lograrlo es estudiando el cine mexicano en todas sus versiones, desde las películas de Lucerito hasta los cortometrajes experimentales en ocho milímetros, porque esto, no es mas que un autorretrato casi involuntario del México que quedaba.



La historia detrás del mito: Cine de ficheras, serie de documentales realizados por canal 13 (2008). El cine del fracaso presente hasta la actualidad.





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EL CINE DE LA MODERNIDAD

jueves, 26 de mayo de 2016

Qué hacer

LA ACELERADA VIDA SOCIAL EN LA CIUDAD

Nuevo cine mexicano






NUEVO CINE MEXICANO. NUEVO CINE DE ORO

Aquellos años, entre los acontecimientos lamentables que pusieron en duda la libertad en México y la capacidad de un gobierno para sacar adelante al país, como en el movimiento del 1968, y el estigmatizado cine de ficheras como un intento de hacer arte, surge un cine de calidad tal que merece el respeto de todos y que es llamado por algunos como la segunda época de oro del cine.

Como una necesidad del gobierno por recuperar la confianza de la gente y tener una imagen comprometida con el progreso de México y la tolerancia para todos, surge el Nuevo cine mexicano, que se desarrolló principalmente en el sexenio de José López Portillo en el que estuvo como encargado del Banco nacional cinematografíco, Rodolfo López Pórtillo de los años de 1971 a 1976.


Tuvo como prioridad apoyar desde el estado a las mentes creativas con la idea de que esto dirá que en México la libertad de expresión se ejerce, ademas de significar un medio de dar cohesión a la sociedad y una forma de reconocimiento para México, con lo que siempre se mostró comprometido:

"Nadie y mucho menos el estado podria construirse en el ejecutor de una politica estetica destinada a conformar gustos o a dirigir el curso de la imaginación. El milagro de la creación no puede tener mas fuentes ni origen que la angustia y el talento de cada creador. Fuera de este ámbito hermético, el artista puede ver signos, señales, llamadas, pero nada más. Su arte es el resultado de un incesante juego dialéctico donde susceptibilidad y realidad predominan alternativamente."


El nuevo cine mexicano surgió con la voluntad de apoyar a los autores a hacer el cine que ellos mismos quisieran, recuperando una vez más los temas innovadores y tener presencia en cada muestra o festival a nivel nacional o internacional.
Se caracteriza porque logró superar los temas típicos y ya agotados del cine, dejaron el espíritu conservador, moralista e hipócrita. su riqueza está en reflejar la ambigüedad de lo real y salir de los roles desde la juventud hasta la familia o la autoridad.
Arturo Ripstein, Cazals, Leduc, Hermosillo y Fons fueron de los más representativos jóvenes directores que aún hoy en día tienen presencia para todos los nuevos cineastas. Durante todo el sexenio se fue evolucionando en plasmar la realidad y tratar distintas problemáticas sociales hasta llegar a películas de alto nivel como Canoa o El apando, si olvidar otro gran filme de Ripstein como El castillo de la pureza.



El deseo y compromiso con la realidad y la sociedad comprometió e impulsó en esta época hasta perderse lentamente con el tiempo hasta nuestros días, donde lo que mas importa es el marketing del México neoliberal. 

Cine de luchadores

EL ENMASCARADO DE PLATA, EL SUPERHEROE DEL RING

El cine de luchadores, desde los años sesenta hasta la lenta decadencia del Santo, fue una bandera de creación mexicana que llegó hasta los rincones mas alejados del mundo, siendo un género puramente mexicano, presente hasta los años 80 entre el pueblo cuando el nuevo cine comenzó a surgir.


El Enmascarado de Plata fue la que sentó las bases para el desarrollo del género de luchadores en el cine mexicano. Con sus rostros ocultos detrás de máscaras, los protagonistas de las cintas de luchadores se convirtieron en campeones de la justicia, al más puro estilo de algunos super-héroes de los comics norteamericanos como El Fantasma (The Phantom), personaje enmascarado que luchaba infatigablemente contra el mal, creado por Lee Falk en la década de los treinta.
En sus aventuras, los enmascarados se enfrentaron por igual a psicópatas asesinos que a monstruos del espacio, maléficas hechiceras, gángsters internacionales, mujeres-vampiro, momias sedientas de venganza, científicos enloquecidos o contra todos a la vez, siempre buscando el triunfo de la ley y la justicia.
El anhelado debut cinematográfico de Santo ocurrió en 1958 con dos películas filmadas en Cuba y producidas por los hermanos Rodríguez: Santo contra el cerebro del mal y Santo contra hombres infernales. A pesar de la inmensa popularidad del personaje, los productores aún no creían que pudiese convertirse en un imán de taquilla, por lo que la realización de ambas cintas denota un enorme descuido y grandes dosis de improvisación. Como mera curiosidad, cabe señalar que el rodaje culminó un día antes de que Fidel Castro entrara en La Habana y declarase el triunfo de la Revolución.
Santo contra los zombies (1961) incorporó formalmente al Enmascarado de Plata al cine industrial mexicano. A partir de esta cinta, su carrera se caracterizó por la variedad de sus aventuras y la diversidad de escenarios en las que éstas se llevaron a cabo. En ese mismo año, Santo se alió con la Interpol en Santo contra el rey del crimen, resolvió delitos cometidos en zonas arqueológicas en Santo en el hotel de la muerte y se enfrentó, en un ambiente de western, al diabólico doctor Zuko en Santo contra el cerebro diabólico.
Al año siguiente, Santo lograría una singular e inesperada internacionalización gracias a la delirante cinta de horror camp titulada Santo vs. las mujeres vampiro. En la tradición del mejor cine gótico, el Enmascarado de Plata se enfrentó a las inquietantes vampiresas enmedio de un castillo en ruinas, telarañas y tumbas abiertas. Con la ayuda de sofisticadas herramientas -relojes intercomunicadores, videófonos futuristas y autos convertibles- Santo se convirtió en una especie de James Bond enmascarado, siempre listo para luchar por la justicia.
Santo en el museo de cera, su siguiente película, reforzó la nueva personalidad creada para el héroe enmascarado. Esta cinta, una de las más representativas de la primera etapa de la exitosísima carrera cinematográfica del Enmascarado de Plata, conjunta todos los elementos y situaciones que ayudaron a construir el mito del inolvidable héroe de la máscara plateada: su estrecha colaboración con la justicia, su capacidad para analizar situaciones riesgosas combinada con la fuerza necesaria para sortear los peligros, así como su habilidad para utilizar artefactos de "alta tecnología" que le permitían ir un paso adelante de sus adversarios.
De la primera etapa de la filmografía de Santo destacan las cintas en las que la lucha libre se combinó con el horror y la ciencia ficción: Santo vs. el estrangulador (1963), Atacan las brujas (1964), Profanadores de tumbas (1965), El barón Brákola (1965) y la delirante Santo, el Enmascarado de Plata vs. la invasión de los marcianos (1966), además de las ya mencionadas Santo vs. las mujeres vampiro (1962) y Santo en el museo de cera (1963).
Con Operación 67 y El tesoro de Moctezuma -filmadas simultáneamente en 1966 por René Cardona, Jr.- el color llegó a las películas de Santo, al mismo tiempo que se acentuó el suspenso de corte policíaco en sus tramas. En estas cintas, elSanto hizo mancuerna con el actor Jorge Rivero para desbaratar a una peligrosa banda internacional -con sede en Hong Kong- que intentaba, en la primera de ellas, inundar de dinero falso a un imaginario país latinoamericano y, en la segunda, robar el legendario tesoro del emperador azteca. El crítico e historiador Rafael Aviña hace notar que el ambiente alrededor de Santo se volvía más sofisticado:
A partir de este momento el Enmascarado de Plata ascendía en la escala social -recuérdese que lo mismo sucedió con los filmes de Mario Moreno "Cantinflas" y Pedro Infante-; contaba con un departamento de lujo, su laboratorio se modernizó y dejó las capas y las mallas por los sacos sport y los suéteres de cuello de tortuga, sin que falte su auto deportivo al estilo James Bond.
Aviña, R. (1999). "Del cuadrilátero a la pantalla." El Santo, vida, obra y milagros. En SOMOS. México: Editorial Televisa, S. A. de C. V., p. 29.
En sus aventuras, Santo siempre estuvo rodeado de bellas y atrevidas mujeres. Algunas fueron temibles adversarias, como las misteriosas Lorena Velázquez y Ofelia Montesco de Santo vs. las mujeres vampiro o las inquietantes Maura Monti y Eva Norvind de Santo contra la invasión de los marcianos; otras, como la escultural Elizabeth Campbell de Operación 67 o la no menos imponente Amedée Chabot de El tesoro de Moctezuma, fueron conquistadas por la galanura del hombre de la máscara plateada. Otras más, como la singular Meche Carreño de El barón Brákola, llegaron a quitarse la ropa en versiones editadas "para público adulto" que se exhibieron fuera de México. Estas desinhibidas "versiones para exportación" de las aventuras del Santo fueron las que conquistaron los mercados de España, Francia y los Estados Unidos. De ellas, la más popular fue Santo en el tesoro de Drácula (1968) que en el extranjero fue conocida como El vampiro y el sexo.
Pero ni los desnudos ni el sexo sugerido fueron la causa de la enorme popularidad que alcanzaron las películas del Enmascarado de Plata en Líbano, Marruecos, Egipto y Turquía, países bastante conservadores. En Beirut y Estambul aún existen fanáticos del legendario luchador que afirman, con gran seriedad, que Santo era un superhéroe de origen árabe o turco. La fama de Santo en Turquía fue tan grande que llegaron a filmarse películas, como Los tres poderosos (3 Dev Adam)realizada en 1973, en las que su personaje fue interpretado por una estrella local, el actor Yavuz Selekman.




Para finales de los sesenta, la fórmula creada por las películas del Santo funcionaba perfectamente con todos los públicos y el enmascarado se daba el lujo de alternar el cine infantil de Santo contra Capulina (1968) con el porno-soft de Santo en la venganza de las mujeres vampiro (1970). La fama de Santo se extendía por todo el continente americano, Europa, Medio Oriente y el Pacífico Asiático.
Durante la siguiente década, las tramas de sus filmes oscilaron entre las intrigas policíacas de corte internacional -como Misión suicida (1971), Anónimo mortal (1972) o Santo en el misterio de la perla negra (1974)- y las fantasías terroríficas, al estilo de Las momias de Guanajuato (1970), Santo vs. la hija de Frankenstein (1971), Las bestias del terror (1972) o La venganza de La Llorona (1974). Esta etapa de la filmografía del Santo se caracterizó por sus rodajes en locaciones internacionales: Colombia, Ecuador, Puerto Rico, Haití y los Estados Unidos sirvieron de escenarios para sus aventuras.


La anhelada super-producción se presentó en 1973, cuando el Enmascarado de Plata rodó en España la que llegó a considerar su mejor película: Santo contra el doctor Muerte. Para esta cinta, cuya trama se desarrollaba en el siniestro mundo de los traficantes de arte, Santo contó con diez semanas de rodaje en lugar de las tradicionales tres o cuatro de sus producciones mexicanas.
El brillo de la máscara de plata comenzó a opacarse hacia 1978. Aunque la popularidad del Santo se mantenía vigente, los productores se desinteresaron de su atractivo taquillero al descubrir que el cine de ficheras y el cine fronterizo eran géneros más rentables. El tiempo también se puso en contra del Enmascarado de Plata, quien ya superaba los sesenta años de edad. Aún así, el héroe de mil batallas se dio tiempo para enfrentarse a unos cuantos villanos más y darle la alternativa a su vástago en Chanoc y el Hijo del Santo vs. los vampiros asesinos (1981) antes de realizar su última acrobacia fílmica en La furia de los karatecas (1982).



Tras el fallecimiento del Enmascarado de Plata, el cine de luchadores desapareció casi por completo. Las parodias, alusiones y homenajes se sucedieron sin que el género lograra "levantarse de la lona." En 1981, el director José Buil abordó al personaje desde una perspectiva ácida e irónica en su mediometraje Adiós, adiós ídolo mío, desatando el enojo de la familia del luchador y de sus seguidores incondicionales. Tiempo después, Buil se reivindicaría con parientes y admiradores del enmascarado al dirigir La leyenda de una máscara (1989), nostálgico homenaje al cine de luchadores y a la mítica figura del Santo.








miércoles, 25 de mayo de 2016

Principales películas transición 80’sy 90’s


En esta época, a pesar que el cine estaba sufriendo una crisis se lograron po er en cartelera películas importantes para la sociedad juvenil, ejemplos de ello es el filme E.T Sí, todos fuimos un mar de lágrimas la primera vez que la vimos. Inevitable al ver al pequeño E.T. abandonado y muerto de miedo entre los humanos. Pero, aunque se nos siga escapando la lagrimilla, nos encanta la entrañable relación entre Elliot y el extraterrestre, por no hablar de la angelical Drew Barrimore en su más dulce infancia. Un filme importanteyaquefueunadelasprimeraspelículas en cuestionarquelavidahumanaterrestreeslaúnicaentodoeluniverso. Regreso al futuro, no sabemos si es por su brillante guión, la dirección de Robert Zemeckis o las increíbles interpretaciones de un reparto encabezado por Michael J. Fox en el papel del inolvidable Marty McFly, pero “Regreso al futuro” se ha convertido en una de esas pocas películas atemporales capaces de gustar a todo el mundo.

La crisis del Cine comercial y el auge del cine artístico

La crisis del Cine comercial y el auge del cine artístico


A medida que las películas de Hollywood se hacían cada vez más grandes en forma, y más escasas de contenido, había mas de donde escoger

Así, se profundizó la grieta entre el llamado cine comercial, cuya principal factoría siguió siendo Estados Unidos, y el cine arte, elaborado en mayor abundancia en otras regiones del mundo. Esto se debió a varias razones. Por una parte, el cine comercial se hizo cada vez más caro de producir, y por ende, menos productoras podían incursionar en él (fundamentalmente de Estados Unidos); aunque esta tendencia se revirtió en parte con el auge de la computación, como lo prueban filmes europeos comerciales como los manufacturados por Luc Besson (Nikita, El quinto elemento), por ejemplo. En segundo lugar, realizar películas con contenido artístico se transformó para los círculos culturales europeos, latinoamericanos o asiáticos en una especie de estandarte cultural, para oponerse a la cultura de los Estados Unidos. De todas maneras, esta línea divisoria, muy marcada en las décadas de 1980 y 1990, se fue diluyendo entrado el siglo XXI, porque las nuevas posibilidades de los efectos especiales por computadora y el cine digital permitieron abaratar los costos de las películas comerciales. Además, el cine arte nunca desapareció por completo de Estados Unidos, como lo prueba un cineasta como David Lynch (Terciopelo azul, Twin Peaks), el cual, de todas maneras, para muchas de sus películas debió recurrir a capitales europeos.